Era una noche oscura y lluviosa. Las calles de Londres se iluminaban cada tanto por los rayos. No había nadie, excepto por un valiente vendedor de muebles cerrando su negocio. Era un hombre musculoso y robusto. pero tenia catalepsia y en varios casos se había quedado inmóvil por casi dos miserables días. Aunque este caso fue peor. Mientras caminaba observando los destrozos producidos por los rayos y el viento, de repente, se desmaya, sufrió un ataque de catalepsia.
Al día siguiente los aldeanos vieron al hombre con espanto. Luego lo llevaron al hospital para que lo revisen. "No hay caso el murió" dijeron erróneamente los doctores.
Al día siguiente lo enterraron. Y una semana después su novia lo fue a visitar, porque estaba de viaje y no había podido ir al funeral. Escucho ruidos, gritos, golpes que venían de la tumba de su ex novio y entonces llama al dueño para mostrarle el sonido que escuchaba, pero no le creyó. A la semana siguiente fue devuelta y escucho lo mismo, le volvió a decirle al dueño pero tampoco le creyó. Comenzó a hacer un escándalo por estos ruidos, pero la vetaron del lugar. Todas las noches escuchaba el mismo ruido, hasta que se suicido para estar con su amado.
Varios años después de su entierro violaron el ataúd del joven y observaron que el cajón estaba rasguñado, tenia la boca abierta y en otra posición.
Su novia tenia razón.
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