La novela "Otra Vuelta de Tuerca" escrita por el autor norteamericano llamado Henry James presenta un mundo fantástico, ya que le da un giro a la historia, es presentada con hechos perfectos y en un mundo normal pero luego aparecen fantasmas y hechos inexplicables. El nombre de esta novela se basa en que al tratarse de dos niños desafortunados, le da otra vuelta de tuerca al miedo, es decir, refuerza la sensación.
La historia comienza con un señor llamado Douglas, que narra otra historia de una mujer que es contratada por un millonario para ser la institutriz de sus sobrinos, Miles y Flora. Los niños eran huérfanos y por eso quedaron bajo la tutela de su tío pero como el era un hombre muy ocupado decidió llevarlos a la mansión Bly, el no los visitaba solo se encargaba de su educación. Tiempo después dice encontrarse con seres malvados que intentan apoderarse de los niños. Por ejemplo un día ella lleva a flora a un lago para pasar el tiempo, y luego se da cuenta que en la otra orilla del lago habia una mujer. No supo quien era hasta que se lo comento a la Sra. Grose, el ama de llaves, que le dijo que la mujer que vio era la antigua institutriz. La institutriz con un poco de la ayuda de la Sra. Grose (porque ella no veía a los seres y defendía a muerte a los niños), trata de salvar a Flora y a Miles de los espíritus endemoniados. Estos chicos perfectos y correctos terminan siendo malvados y poseídos. El suspenso no termina hasta que llega a un muy impactante final.
En la novela se presentan algunas interpretaciones sobre las apariciones, si ella estaba loca, o, si los espíritus que ella decía de ver eran reales. Para mi eran reales, por la forma en que ella se alteraba y por como quería proteger a los niños. También por el cambio repentino de Miles y Flora, primero eran tiernos, educados, pero, de repente, comenzaron a actuar raro, a responderle mal a la institutriz.
Yo recomiendo esta novela porque es una de esas historias que mantienen el suspenso hasta el final y aparecen cambios repentinos que uno no espera. Te da impresión y terror al mismo tiempo
"Primero hice funcionar los receptores y proyectores para exposiciones aisladas. Puse flores, hojas, moscas, ranas. Tuve la emoción de verlas aparecer, reproducidas y las mismas. Después convertí la imprudencia. Puse la mano izquierda ante el receptor; abrí el proyector y apareció la mano, solamente la mano, haciendo los perezosos movimientos que había hecho cuando lo grabe".
